Tengo la
palabra helada como el latido blanco de este deshabitado julio que me ataca con
harapos de nostalgias
mientras esconde su brillante oscuridad en el mutismo de tus
ojos y me castiga a deshora con el
estruendo de tu ausencia
Vacía voz que te implora en la ebriedad de las sombras
en esta soledad sonora poblada de imágenes
como un tajo a la razón que sangra de conciencia
Como un
silencio amarrado a la sal de la noche resbalando ojos en la tibia humedad que
siembra un espejismo
como un
oasis de la nada en el urbanal ruido del abismo sepultado en la canción de la
espera
Tengo la
voz de las escarchas en este intento de
escribirle al tiempo un espacio donde guardar tu nombre
un lugar remoto donde el céfiro helado ya no pueda desenterrar
el nunca
como quien dice adiós
como el adiós
del águila blanca que vuelve a la cima a nutrirse de aire luego de volar una
muerte
Como quien muere a cada centímetro de lejanía
en mi ceniza voz
Tengo la
gélida palabra enterrada en los huesos
del alma de este séptimo mes que tiembla con la flemática frialdad de las mil y
una noches
como el cemento que le aúlla a la luna en la penumbra ataviada de edificios
con la desnudez de las horas que te buscan
Cuando todo lo que vive se detiene en esta soledad que mira a su alrededor el temible rocío blanco de saber que estás
Hermosa combinación de imagen y decires
ResponderEliminarUn saludo grande, hoy dia de tu santo