Aunque este paisaje otoñal distrae permanentemente mis sentidos
No puedo dejar de pensar en tus ojos
Par de faros que una tarde cualquiera iluminaron lo ameno
¡Cómo no mirarte!
Si esas pupilas parecían guardar todas las angustias de una vida
Me quedé esposada a esos párpados mientras hablabas
Fui recorriendo el túnel que me conduciría al océano de tu abismo
¡Cuán grande mi sorpresa!
Encontrarte allí escondido
Detrás de unos retazos del alma
Ordenabas unos vestigios olvidados
Barrias las cenizas y sacudías las nostalgias
Aquellos fondos oscuros , cristalinos
Eran increíblemente dulces
Me sumergi en tus mares compartiendo alguna que otra risa
Alguna que otra lágrima
Mientras vomitabas letras de dolor en tus pestañas
Parías versos desolados tan bellos como tu tristeza
A través de aquellas ventanas de vidrios empañados
Respirabas el humo de tu pena
¡Ah! ¡ Tus ojos!
¡Qué ojos!
Tan duramente solos
Tan friamente miel
Sandra Gonzalez Lescano
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